

El reggae es sinónimo de amor y paz y Dread Mar-I (o Mariano Javier Castro) es el mejor referente argentino. El hombre comenzó en la movida rastafari como solista en el 2005 después de varios años como vocalista de Mensajeros. En Abril de 2005 editó su primer disco, “Jah Guia”, que tuvo buenas ventas y criticas.
Durante ese año Dread Mar-I participó como miembro estable de Los Cafres, acompañando a la banda de Bonetto en el Estadio Obras y en el Luna Park y hasta reemplazó al cantante en dos conciertos.
Un año después, en 2006 participó de la primera edición del clásico festival “Bob Marley Day” junto a The Peter Tosh Band y The Wailers y fue de la partida del Pepsi Music, el festival mas importante de la Argentina. Dio lugar también al lanzamiento de “Hermanos”, su segunda placa.
Al sonido que Dread hace se lo llama Reggae Roots y Lover y el artista acaba de lanzar “Amor-es”, su tercer trabajo discográfico.
El barrio porteño de Flores fue el lugar elegido por este rastaman junto a su banda Los Guerreros del Rey para presentarlo ante sus fans. A lo largo del espectáculo, la música de este discípulo de Los Cafres se fue tornando entre tonos religioso, romántico y natural.
Vestido de blanco y gorra haciendo juego en su cabeza, tapando sus dreadlocks, salió ante su gente, que lo sigue a todas partes, cual cántico popular. “My Lord” dio inicio a una noche donde el amor, la naturaleza y los mensajes de paz eran el lema. “Siempre busco en ti y en tu amor, My Lord. Sabiduría recibo yo, Señor”, fueron las primeras palabras para su dios, Jah.
El reggae es el canto pacifista, es el “NO” absoluto a la violencia: “Y si ando con temores, tú los disiparas. Alejando al malvado y al hipócrita”, reza la canción, para que no queden dudas. Los alabanzas a su Dios se vieron en muchos momentos del show como en “Aunque digan” (Aunque digan que no existes, no les voy a creer, si en mi corazón estas. Aunque digan que es falso tu poder, no hay peor ciego que el que no quiere ver), “El Rey” (siempre me entiendes, nunca me dejas, y la maldad de mi alejas), “La Misión” (Oh Jah... estoy en la misión contigo), “La verdad” (junto a Jah, verás la gloria), “Malvado” (Mira al cielo ahora o pronto caerás) y “Soldado” (no quiero maldad, yo no quiero crueldad, sólo quiero paz).
Dread Mar-I refleja su lado lírico religioso también cuando habla de llegar a la “La Meta” y reza seguir el camino “sin descanso... y siempre andaré, andaré en paz”. Y lo mismo ocurre en “Mi bendición” o “Su nombre”. Mensajes de paz como en “Donde estes”, Y ese canto siempre se vincula a la naturaleza. “Rayo de Sol”, “Libre Como El Viento”, “Lluvias, nubes, tristeza”, “Frío”, “Inspiración” y “Tempestad” son canciones con un mensaje sagrado. De la tristeza a la alegría. Todo siempre, a través de su Dios, el que venera en gran parte de sus recitales. Símbolo del reggae. Pero no falta el amor.
Lo que destaca a Dread es que es el mensajero del amor. Desde la alegría por la llegada de la mujer a su vida (“Mi amor”, “Nena”) , o la tristeza por la partida de su enamorada (“Sálvame”, “En vano”), o darle el adiós a una mujer (“Sola y triste”). Las odas al amor en las líricas de Dread son moneda corriente y desembocaron en un homenaje sobre el escenario. El artista: Juan Gabriel, el mexicano creador de las canciones más románticas que jamás se haya escuchado. El tema: “Así fue”, el adiós a una bella historia vivida por un hombre. Claro que entre tanto amor y fé, no faltaron las protestas a los gobernantes como en “Hablan” y “Promesas”; ni las palabras para aquellos que dicen no creer nada, ni nadie y niegan la existencia de un Dios, cuando en realidad lo invocan a cada rato, como en “Ellos dicen”. No falta ese mensaje del alma a “Angel Castro” cuando canta “Siempre me he sentado a escucharte. Y tu, tu me hablabas del sol y de vivir mejor. Gracias a tus enseñazas o gracias a tu libertad pues me hacen ser quien soy”.
Dread Mar-I pisa cada vez más fuerte en nuestro país. El lleno absoluto de “El teatro” de Flores así lo demuestra. Él, sigue ofreciendo lo mejor de su talento y lo explaya en su música. Sus seguidores lo reciben con cariño y aplausos. Siguiéndolo donde sea. No importa el lugar, sólo se trata de disfrutar de minutos de amor y paz, de la esencia del reggae que tiene a Bob Marley como el máximo exponente, el padre venerado del género nativo de Jamaica.
Fuente : Claudia Seta
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